
“Rico” es un adjetivo que se usa con frecuencia para describir colores en el mundo del diseño de interiores. Como redactor especializado en decoración, suelo utilizar esta expresión — “las paredes en un rico marrón chocolate”, “la paleta rica en capas”.
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Pero ¿qué significa realmente “colores ricos”? ¿Existen tonalidades específicas consideradas ricas o todo depende de cómo se apliquen en la decoración?
Cuando describimos un color como rico, no nos referimos necesariamente a su precio, sino a su nivel de saturación, profundidad y a cómo transmite una sensación de sofisticación, lujo y elegancia. Imagina una chaise longue de terciopelo verde bosque combinada con mesas auxiliares en tono rojo sangre de toro: esa es una paleta de colores ricos.
Cuando se trata de decorar espacios, lo esencial es abrazar el dramatismo y la atmósfera sofisticada que estos tonos transmiten, ya sea en un pequeño estudio o en un ático urbano.
Para comprender mejor cómo decorar con estos colores intensos y sofisticados, hablé con diseñadores de interiores y expertos en color para descubrir qué define un color rico y por qué ejercen tanta fascinación visual. Esto fue lo que revelaron.
¿Qué son los colores ricos?
Antes de sumergirnos en el mundo sofisticado de los colores ricos, es importante aclarar el concepto: ¿qué define un color rico?
Amy Krane, consultora de color arquitectónico y presentadora del pódcast de diseño Let’s Talk (Paint) Color, explica: “Coloquialmente, el término se utiliza para describir combinaciones de colores generalmente más oscuras y ligeramente saturadas (pero no en exceso)”.
Estos colores crean un impacto visual inmediato, atraen la mirada con fuerza y se alinean perfectamente con el espíritu audaz de las tendencias actuales del diseño de interiores.
Sin embargo, es esencial no confundir colores ricos con colores simplemente oscuros. “Los colores ricos son aquellos que evocan emociones intensas y ayudan a definir el tono visual de un ambiente. No tienen que ser brillantes ni necesariamente oscuros — son complejos, llenos de capas y con personalidad propia”, explica la diseñadora de interiores Oksana Zavarzina, de Lake and Walls.
Algunos ejemplos de colores ricos incluyen tonos joya, como verde esmeralda, púrpura amatista y rojo rubí. También entran en esta categoría el vino oscuro, terracota, amarillo mostaza, marrón chocolate profundo e incluso el gris oscuro con profundidad visual.

(Crédito de la imagen: Tim Lenz. Diseño: Atelier RO)
Cómo decorar con colores ricos
A la hora de decorar con colores ricos y saturados, el uso estratégico e intencional de estas tonalidades puede maximizar el impacto estético del espacio. Imagina cómo un despacho o aseo ganaría sofisticación con el tono azul Hague de Farrow & Ball, o cómo un comedor se convertiría en el centro de atención con paredes en rojo sangre de toro — un color rico, refinado y llamativo.
Aun así, usar estos colores intensos en las paredes no es la única manera de incorporarlos en la decoración. “A menos que realmente se busque un ambiente con mucho dramatismo visual o crear una atmósfera acogedora en una estancia más oscura, recomiendo usar estos colores con moderación”, sugiere Amy.
“Los tonos ricos funcionan muy bien en tapicería, como en un sofá llamativo”, añade. “También son excelentes en estampados para cortinas o como acento en espacios como oficinas o bibliotecas, especialmente con sillones de cuero color silla de montar”.
Los colores ricos también pueden aplicarse con éxito como acabado distintivo, especialmente en zonas de paso o espacios de menor uso, como pasillos y entradas.
Oksana sugiere elegir un color vibrante y aplicarlo con audacia en una pieza clave del ambiente. “En nuestra sala de estar, optamos por un sofá en tono ocre”, cuenta. “A su alrededor, mantuvimos las paredes neutras e incorporamos detalles sofisticados como cojines burdeos.”
Otro truco eficaz al decorar con colores ricos es la combinación de texturas. Materiales como terciopelo, seda, madera, lino y metal ayudan a intensificar la profundidad y la riqueza visual de estos tonos. Mezclar acabados es una forma eficaz de aportar dimensión y sofisticación. Y para equilibrar, siempre es válido añadir colores neutros.
“Los tonos cálidos como el gris medio, el beige, el crema y el blanco son ideales para permitir que los colores ricos respiren, evitando que el ambiente se sienta visualmente recargado”, explica Oksana.
Y, como en cualquier proyecto de decoración, “prestar atención a la luz natural, a la funcionalidad del espacio y a la proporción de colores intensos en el ambiente será esencial para lograr un buen resultado”, concluye Amy.
Decorar con colores ricos requiere atención, pero la recompensa es un ambiente visualmente refinado y con gran personalidad. Estoy convencido de que ese es el verdadero secreto para transformar cualquier espacio en algo sofisticado y de alto nivel.
Fuente: Livingetc
Este contenido fue creado con la ayuda de la IA y revisado por el equipo editorial.
